A buen fin, no hay mal principio
Fahrenheit 452, Ray Bradbury
Cuando comenzamos a hablar de emprendimiento, quizá vienen a tu cabeza los ahora “grandes corporativos” o incluso las empresas que surgieron en el sótano de una pequeña casa en los suburbios estadounidenses. Si bien estos ejemplos nos dejan muy claro que cualquiera puede cumplir el sueño que desee, también deja la puerta abierta al sinfín de posibilidades que existen detrás de la creación de un negocio.
Hoy el sueño de más de una persona es colocar su propia marca y tener éxito en las finanzas, pero muchas veces decirlo es más fácil que hacerlo, se necesita mucha disciplina y más importante tiempo. Si lo vemos desde un aspecto muy romantizado, el llevar a cabo un emprendimiento es exactamente igual a tener una relación, el tiempo y esfuerzo dedicado será clave para conocer si el rumbo es el correcto o quizá sea mejor cambiar la dirección.
Sea cual sea el giro comercial al que te estés dedicando o al que desees emprender, será muy importante que lo hagas de la manera correcta para que tengas los mejores resultados, y esto se logra consolidándote.
Si al leer esta palabra en lo primero que pensaste fue en el término “impuestos”, te equivocas, en realidad la constitución de una empresa va mucho más allá del tema fiscal, ya que te da acceso a recursos útiles que puedes aprovechar en tu PyME. Tal es el caso de los créditos o financiamientos especiales para incrementar tu patrimonio comercial o productos de algunas instituciones financieras para realizar remodelaciones, compra de inventario, entre otros.
Si lo ves desde el punto de vista fiscal, el contar con un servicio de facturación también te permitirá tener clientes con un alto volúmen de ventas, lo que se traducirá en más ingresos en tu negocio y mayor flujo de capital.
Además el trabajar de manera formal le brindará a tus empleados los mejores diferenciadores que pueden tener para elegirte como una opción laboral en el mercado: las prestaciones de ley.
De acuerdo, el pago de los impuestos es algo que deberás realizar dentro de tus obligaciones como una empresa consolidada, pero más allá de ser una barrera para crecer como marca, puedes verlo como una oportunidad de darle mayor valor a tu comercio, de obtener mejores oportunidades, de negociar con clientes que estén dispuestos a invertir más dinero en tus productos y hasta de competir directamente con otras grandes empresas dentro de tu giro. Incluso si en algún momento deseas vender y volver a emprender, tendrás mejores ofertas de compra que si fueras una marca informal.
Si aún no te animas a darle rienda suelta a esa idea que está dando vueltas en tu cabeza, o si ya tienes un negocio, pero estás trabajando en la informalidad por todos los mitos de la constitución de una empresa, busca siempre alguien que te asesore. Muchas veces el único impedimento para crecer un negocio está en no arriesgarte. Utiliza todas las herramientas que tienes a la mano para impulsar tu comercio y con ello crecer tus ventas.
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Autor de la nota: Sr. Pago, Tahiri Archundia
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